De estos tres, el abuso psicológico, es el que se considera más perjudicial para la víctima. Es el más difícil de percibir por parte de la persona que lo recibe. Así mismo las estadísticas consideran que este tipo de violencia es el más frecuente. Es la que afecta de forma directa y consistente a la baja autoestima de las mujeres maltratadas (Alberdi y Matas, 2002).
El maltrato físico está directamente relacionado con la depresión. Es el más evidente por la repercusión física que se da con lesiones, moratones y otras consecuencias que son claramente visibles. Esto aumenta la probabilidad de denunciar o establecer contacto con los servicios sociales. Por tanto facilita el acceso a un tratamiento especializado que le permita mejorar física y emocionalmente (Sarasua et al. 2007).
En líneas generales consideran que las mujeres víctimas de violencia de género sufren los siguientes síntomas:
- Alta ansiedad
- Depresión
- Baja autoestima
- Miedo
- Dificultad en la regulación y expresión de sentimientos
- Dificultad en las estrategias de afrontamiento
- Sentimientos de impotencia y desesperanza
- Baja asertividad
Estos problemas son los que se tendrán en cuenta en el proceso musicoterapéutico. Se propondrán técnicas que puedan contribuir a la mejora de la autoestima, aumentar la asertividad o aflorar sentimientos positivos hacia una misma y hacia las demás.
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